lunes, 27 de octubre de 2014

¿CUAL ES TU ESTILO EDUCATIVO?




Cuando educamos, a menudo nos hacemos la pregunta ¿ Soy demasiado autoritario, o demasiado permisivo? .¿ Debería ser mas blando, o debería imponer más mis normas?
 Muchas veces observamos en nosotros mismos acciones que denotan ciertos signos de autoritarismo a la hora de educar o por el contrario observamos pasividad ante algunas acciones de nuestros hijos y en ocasiones no sabemos si debemos ser tan exigentes o si por el contrario debemos hacer la vista gorda ante determinados comportamientos de los peques.
 El diálogo es la base de la educación y si bien es cierto que debemos poner límites deben ser dentro de un orden y siempre han de ser claros y precisos.
Existen distintos tipos de estilos educativos que a diario observamos en los padres.

Padres autoritarios: valoran la obediencia como una virtud. Utilizan medidas de castigo o de fuerza, y están de acuerdo en mantener a los niños en un papel subordinado y en restringir su autonomía. Se esfuerzan en influir, controlar y evaluar el comportamiento de sus hijos en función de unos patrones rígidos. No facilitan el diálogo, e incluso llegan a utilizar el rechazo como medida disciplinaria. Este estilo es el que tiene más repercusiones negativas en el desarrollo de los hijos, puesto que muestran falta de autonomía personal y creatividad, menor competencia social, baja autoestima y genera niños 
descontentos, reservados, poco tenaces, poco comunicativos y afectuosos y con tendencia a tener una pobre interiorización de valores. 

Padres permisivos: dotan al menor de gran autonomía, siempre que no esté en peligro su integridad física. Se comporta de una forma afirmativa, aceptadora y benigna hacia los impulsos y las acciones del niño. Lo libera de todo control y evita utilizar la autoridad, las restricciones y el castigo. No son exigentes en cuanto a la madurez y responsabilidad en las tareas. El problema viene dado porque los padres no son siempre capaces de marcar límites en la permisividad, pudiendo llegar a producir efectos socializadores negativos en cuanto a conductas agresivas y logros de independencia. Tenemos a niños aparentemente alegres y vitales, pero dependientes, con altos niveles de conducta antisocial y bajos niveles de madurez y éxito personal. 

Padres democráticos: intentan dirigir la actividad del niño, pero utilizan el razonamiento y la negociación. Tienden a dirigir la actividad del niño de una manera racional, partiendo de una aceptación de los derechos y deberes propios, así como de los derechos y deberes de los niños, lo que 
Baumrind denomina “Reciprocidad jerárquica”, es decir, cada miembro de la familia tiene derechos y responsabilidades con respecto a los demás. Se caracteriza por la comunicación bidireccional y por el énfasis entre la responsabilidad social de las acciones y el desarrollo de la autonomía e independencia en el menor. 
Desde distintos estudios se muestra que este estilo produce, por regla general, efectos positivos en la socialización: desarrollo de competencias sociales, elevada autoestima y bienestar psicológico, así como un nivel inferior de conflictos entre padres e hijos. Estamos hablando de niños interactivos, hábiles en las relaciones con los iguales, independientes y cariñosos. 

Está claro que merece la pena utilizar el razonamiento, negociar con nuestros hijos, aunque sea costoso y no dejar pasar cualquier acción del niño ya sea de forma pasiva o por el contrario mediante la fuerza o el rechazo.

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