jueves, 24 de julio de 2014

LOS TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO EN ADOLESCENTES



La adolescencia es  una etapa proclive a los cambios de estado de ánimo, pero si estos se presentan con demasiada frecuencia o ante situaciones que son cotidianas puede significar que algo está pasando.
Es frecuente que presenten cambios, ganas de discutir con frecuencia, amenazar con irse si se les lleva la contraria, estar más irritables, querer salirse con la suya...
 Cada adolescente puede exhibir los síntomas de diferentes formas. Pero tenemos que estar atentos a estos síntomas que son propios de los trastornos de ánimo entre los que se pueden incluir:
  • Sentimientos continuos de tristeza
  • Sentimiento de desesperanza o impotencia
  • Baja autoestima
  • Sentimiento de inadecuación
  • Culpa excesiva
  • Sentimientos de querer morir
  • Pérdida de interés en las actividades usuales o las actividades que antes disfrutaban
  • Dificultad para las relaciones
  • Perturbaciones del sueño (por ejemplo, insomnio o hipersomnia)
  • Cambios en el apetito o en el peso
  • Falta de energía
  • Dificultad para concentrase
  • Disminución de la capacidad de tomar decisiones
  • Pensamientos suicidas o intentos de suicidio
  • Molestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolores de cabeza, de estómago o fatiga)
  • Irse de la casa o amenazar con irse de la casa
  • Hipersensibilidad al fracaso o al rechazo
  • Irritabilidad, hostilidad, agresión
Los trastornos afectivos con frecuencia se pueden tratar con éxito. El tratamiento siempre debe basarse en una evaluación exhaustiva del adolescente y la familia. El tratamiento puede incluir alguna o varias de las siguientes:
  • Los medicamentos combinados con el tratamiento psicológico.
  • La psicoterapia (con más frecuencia la terapia cognitiva/conductual y/o interpersonal) para adolescentes (centrada en cambiar la visión distorsionada que tiene el adolescente de sí mismo y del entorno que lo rodea; trabajar con las relaciones difíciles; identificar causantes de estrés en el entorno del adolescente y cómo evitarlos)
  • Terapia familiar
  • Consultas con la escuela del adolescente
Es importante conocer estos síntomas y en caso de que se presenten de forma frecuente acudir a un profesional de la psicología.

jueves, 17 de julio de 2014

LAS VACACIONES DE NAVIDAD: UN TIEMPO ESPECIAL CON NUESTROS HIJOS







Dentro de poquito, llegan las Navidades y nos planteamos que podemos hacer con todo el tiempo libre que tienen los peques.

Es el momento de hacernos algunas preguntas: ¿Dedicamos bastante tiempo al diálogo con nuestros pequeños y adolescentes? y ¿Conocemos verdaderamente a nuestros hijos?...


Las vacaciones constituyen un tiempo especial en que el acercamiento a nuestros hijos debe ser una tarea prioritaria.Realizar actividades junto a ellos, charlar y conocer sus inquietudes son actividades que durante el año solemos descuidar y es el momento idóneo para realizarlas ya que ahora disponemos de más tiempo para hacerlo. Pensar que el trabajo y las tareas diarias del cole, de la casa...a veces no nos dejan tiempo ni para hablar un ratito con los chavales.


En estas vacaciones os recomiendo seguír unas pautas muy sencillas para aprovechar este tiempo especial y conocer mejor a nuestros pequeños:
  • Debemos dedicar un ratito diariamiente a las tareas del cole. Estudiar y hacer las tareas es prioritario en las vacaciones para no perder el hábito pero no hemos de excedernos pues también tienen que disponer de tiempo para el juego. Sería ideal realizarlas por la mañana cuando la atención se encuentra en su mejor momento y después disfrutar del resto para realizar actividades de ocio y disfrutar de un tiempo compartido con la familia.

  • Fomentar las tertulias, especialmente las que se inician en las comidas y se prolongan después de comer.


  • Organizar planes en familia, aprovechar estas fechas para hacer actividades juntos: ir al cine, a pasear, a ver las calles iluminadas, a contemplar desfiles...También en casa aprovecharemos para hacerlos partícipes de la preparación de la Navidad, las comidas, los adornos de casa, la preparación de la mesa, preparar los villancicos... 


  • Limitar el uso de la TV, que, además de quitar tiempo de juegos y estudio, suprime el diálogo en las familias. Aun siendo un recurso cómodo para controlar a los niños, es conveniente restringir su uso. De igual modo debemos ser cautos con el uso de videoconsolas.

  • Crear un clima de confianza en el que se pueda hablar de todo. 

  • Dedicar unos minutos en exclusiva a cada hijo a diario, en los que los miremos con atención, sin hacer otra cosa que contemplarlos. Un momento estupendo es por la noche al acostarlos. Los hace sentirse importantes, queridos en una palabra. 

Recordar que la infancia de nuestros hijos es un tiempo irrepetible para ellos y para nosotros. No se trata de llenar nuestro tiempo de actividades, sino de momentos compartidos. Debemos priorizar la convivencia todo lo que podamos, despertar el diálogo en cada momento y compartir todas las experiencias que podamos con los niños. El problema de muchas familias es que viven pero no conviven realmente. 



martes, 8 de julio de 2014

LAS TAREAS ESCOLARES EN VERANO

  • Llega el verano y no sabemos como enfocar el trabajo escolar con nuestros peques. Demasiada tarea no es conveniente pero tampoco podemos descuidar lo que han aprendido durante todo el curso. Aquí os indico algunas pautas que os pueden ayudar para organizaros:

  • Averigua si la escuela de tu hijo tiene un programa de trabajo para el verano. Si es así, utilízalo para orientar y estructurar parte del tiempo de tu hijo durante julio y agosto. En muchas escuelas, los maestros se reúnen y planifican actividades amenas de verano que estimulan a los estudiantes a prepararse para el siguiente grado. Estos trabajos luego se utilizan en septiembre para comenzar la labor del nuevo año escolar desde el primer día de clase.
  • Ayuda a su hijo a organizarse para que no termine el trabajo deprisa los últimos días de vacaciones, pues se perdería de vista el verdadero propósito de las tareas asignadas durante el verano.
  • Intercambia información de contacto para estar comunicado con los compañeros de escuela. Los padres de niños pequeños son los encargados de promoverlo. Los más grandes deben recibir estímulo para encontrar la forma de mantenerse en contacto por teléfono, correo electrónico o carta, o visitando a sus compañeros.
  • Infórmate sobre los programas estivales de lectura poniéndote en contacto con la biblioteca.. A veces, estos programas incluyen recompensas, como libros gratuitos, a cambio de completar un registro que dé cuenta de tu hijo ha leído determinada cantidad de libros. Es una excelente manera de que los niños lean obras de sus autores favoritos o prueben material nuevo de lectura.
  • La experiencia de acampar por uno o más días da la oportunidad de ganar independencia, hacer nuevos amigos y dedicarse a lo que a uno le gusta. Si tu hijo se va de campamento por algunos días, asegurate de que empaque su material de lectura favorito y elementos para escribir con las direcciones correspondientes.
  • Pídele a su hijo que haga un resumen(o escrito si lo desea) sobre lo sucedido para la charla a la hora de la cena. Elije un artículo de diario o una noticia de la televisión, la radio o Internet. A veces, los más grandes prefieren cubrir un determinado tema durante algunos días. Es probable que los niños más pequeños compartan las novedades sobre el programa escolar del verano o el campamento. También pueden elaborar un resumen de algún cuento corto.
  • Pídele a tu hijo que prepare una de las tantas listas, notas o tarjetas necesarias en cualquier familia organizada. ¿Por qué no hacer la lista de ingredientes para una comida familiar especial o para ir al supermercado, o redactar las notas para acordarse de ir a la lavandería o enviar una tarjeta de cumpleaños a la abuela.?
  • Las compras en el supermercado y demás quehaceres familiares no cesan durante el verano. Tu hijo podría involucrarse más o hacerse cargo de estas tareas. Según la edad del niño, tu hijo puede ayudar a buscar los productos en el supermercado, a preparar la lista de lo que hay que comprar o hacer, a hacer el cálculo mental aproximado de cuánto le queda para gastar y cuánto recibirá de vueltas.
  • Dale participación al planear una salida familiar o las vacaciones. Si va al cine, permíelele que calcule o lo ayude a calcular cuánto gastará en las entradas y refrigerios; que consulte la cartelera o llame para averiguar el horario de la película; que decida con cuánto tiempo de anticipación debe salir para llegar en horario; etc. Las vacaciones familiares podrían requerir su ayuda para decidir a dónde ir, dónde pernoctar, cómo llegar y obtener información. Los viajes de un día o las vacaciones largas son además una excelente oportunidad para iniciar o ampliar una colección, organizar su exposición y averiguar qué se puede coleccionar obteniendo información a través de libros, Internet y de expertos.
  • Puede llevarse un registro de las vacaciones fuera de casa, sean cortas o largas, juntando recuerdos o folletos, sacando fotos y escribiendo tarjetas postales. Vale la pena ocuparse de escribir las leyendas al pie de las fotos, organizar una muestra de diapositivas o un álbum de recortes de la familia.
  • Cerciórate de que haya material de lectura y fichas de matemáticas en  casa durante el verano. Además de libros, ofrécele revistas y diarios interesantes, adecuados para su edad, y permítele acceder a Internet siempre bajo  tu supervisión.

Mejorar en las materias clave: lengua y matemáticas

También podemos aprovechar ese tiempo, especialmente en los primeros cursos de educación primaria para reforzar las materias esenciales, pilares de cualquier futuro aprendizaje: lenguaje y matemáticas y que nuestros hijos puedan comenzar el nuevo curso con confianza y estar entre los mejores de su clase.
Es importante dedicar casi todos los días (las excepciones son buenas, pero deben ser eso, excepciones) un breve período de tiempo a trabajar la lectura, la escritura y las matemáticas.
  • El tiempo irá desde los 30' en los más pequeños hasta los 60'-80' en los alumnos de Educación Secundaria.
  • Para los más pequeños se dedicarán unos 10' a la lectura, unos 10' a la escritura y unos 10' al trabajo de matemáticas. No hace falta más, recordemos que estamos en vacaciones.
  • Ese tiempo se irá ampliando a medida que crecen y orientando la escritura desde los copiados y los dictados hacia una escritura cada vez más creativa.
  • El trabajo de matemáticas debe estar muy bien secuenciado y planificado, lo que permitirá al alumno reforzar e incluso superar los niveles de cada curso académico. 
  • La lectura pasará de la lectura en voz alta con incidencia en la buena pronunciación hacia la lectura comprensiva en voz baja y alternando con los mayores con la lectura recreativa.
  • Aprendiendo Inglés: Aprovecha esta época para entrenar el oído de los peques poniéndoles series de dibujos en inglés todos los dias unos 10 o 15 minutos, es verdaderamente efectivo.

Conclusiones

  • Las vacaciones de verano suponen una magnífica oportunidad para que nuestros hijos refuercen sus aprendizajes y hábitos de estudio y trabajo.
  • Podemos aprovechar las actividades veraniegas para ello aplicando la serie de estrategias sencillas que hemos visto más arriba.
  • Es importante trabajar en lenguaje y matemáticas tanto para afianzar lo aprendido como incluso para avanzar y superar uno o dos niveles.

jueves, 3 de julio de 2014

COMO PONER EN TU PC EL CONTROL PARENTAL

En el último curso al que asistí nos explicaron esta función que aún muchos de vosotros posiblemente no conozcais y que os puede servir de gran ayuda para establecer ciertos límites a la hora de que vuestros peques usen el ordenador.


miércoles, 2 de julio de 2014

LAS VACACIONES DE VERANO, UN MOMENTO DE ENCUENTRO

Las vacaciones. Un momento ideal para jugar con nuestros hijos.
Un informe publicado por la Academia Americana de Pediatría (AAP) destaca que el juego permite a los niños expresar su creatividad y desarrollar su imaginación, su destreza manual y sus aptitudes físicas, cognitivas y emocionales, por lo que es importante para el desarrollo saludable del cerebro.
 Entre las ventajas del juego destaca también que cuando se juntan varios niños aprenden a trabajar en grupo, a compartir, negociar, resolver conflictos y a defender sus puntos de vista. 
Y cuando tienen ocasión de jugar con sus padres, los niños perciben que los adultos les prestan toda su atención y contribuye a construir relaciones duraderas.Aumenta la autoestima y ayuda a estrechar los lazos con nuestros hijos.

En este sentido, según un estudio del Colegio de Pedagogos de Cataluña, el juego duplica la capacidad de concentración y de memoria del niño, por lo que el aprendizaje resulta más sencillo cuando realiza este tipo de actividad.

El juego es pues clave para el desarrollo de los niños, sobre todo en las edades más tempranas, y es recomendable hacerlo en compañía de los padres. Como ya hemos comentado, cuando los pequeños juegan agudizan sus sentidos -el tacto, la vista y el oído son básicos para ellos-, agilizan el movimiento de pies y manos, y fortalecen su capacidad mental. Pero esta actividad no sólo debe ser un mero entretenimiento, sino que ha de cumplir dos objetivos: convertirse en uno de los principales hilos conductores del amor entre padres e hijos y, al mismo tiempo, tener una vocación educativa. Para que esto sea posible, el padre y la madre deben aprender a jugar correctamente con los niños.
 Es importante tener en cuenta que es mejor la calidad que la cantidad.

El juego en casa
Es habitual que los padres no tengamos problemas para inventar juegos para nuestros hijos cuando éstos ya tienen cuatro o cinco años. No obstante, las dificultades surgen cuando los niños son todavía unos bebés porque muchos padres tienen la idea preconcebida de que no se percatan de lo que ocurre a su alrededor. Pero en edades tempranas, los niños están deseando ver cosas nuevas, escuchar ruidos distintos, tocar objetos diferentes y, sobre todo, sentir el amor del padre y de la madre a través de gestos afectuosos y palabras bonitas. Jugar es una buena forma de demostrarles cariño y, a la vez, sirve a los pequeños para despertar sus sentidos y fomentar algunas destrezas básicas. “Hay que dar la oportunidad al niño para realizar una actividad y motivarle con mucho amor, paciencia y una gran dosis de alegría”, insiste la psicopedagoga.

Por ello, se aconseja a los padres que dediquen al menos media hora diaria a jugar con sus hijos. Aunque pueda parecer poco tiempo, es suficiente si las actividades se realizan en las condiciones adecuadas y los adultos las han pensado con antelación y saben estimular a los niños. No se trata de jugar mucho rato, sino de hacerlo bien. “Si el padre o la madre están malhumorados o estresados por el trabajo, mejor que ese día no jueguen con los pequeños porque se dan cuenta de todo y no se van a concentrar”, indica Fodor. Sólo en un ambiente idóneo y con la pareja entregada los juegos son eficaces.

Por lo tanto, los padres debemos tener presente que el juego es una actitud que nos permite, a adultos y a niños, disfrutar con unas pompas de jabón o unas piedras lanzadas a un riachuelo para que se las lleve la corriente. Y así debemos incorporarlo en su educación:
*             Los padres debemos dejar a los niños su propio espacio pero vigilándoles y procurando que ellos mismos vayan descubriendo el tipo de juego que más les gusta.
*             Es importante implicar el juego en las rutinas familiares que les puedan resultar nuevas como, por ejemplo, ayudándonos a colocar la compra, ordenando la habitación o planteando como un juego el hecho de meter los juguetes en una caja para ver cuántos caben.
Los expertos aconsejan a los padres que dediquen al menos media hora diaria a jugar con sus hijos. Aunque pueda parecer poco tiempo, es suficiente si las actividades se realizan en las condiciones adecuadas y los adultos las han pensado con antelación.