viernes, 21 de noviembre de 2014

ACOSO ESCOLAR

Este Video refleja lo que siente un niño que está sufriendo a diario acoso escolar. 

El Bullying o acoso escolar es un problema creciente en las aulas que consiste en un maltrato psicológico, verbal o físico  producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. El objetivo mayoritario del bullying es el de someter y asustar a las víctimas. El problema se da cuando el acosado sufre de forma silenciosa el acoso y no le cuenta a nadie lo sucedido. Muchas veces el niño se muestra más irritable de lo habitual y rechaza ir al cole.
Hay diferentes tipos de acoso escolar, a veces puede darse uno de forma aislada pero en la mayoría de los casos suelen compaginarse y un mismo niño es víctima de varios tipos de acoso escolar. Hay varias clasificaciones:
  • Físico: Pegar Patadas, puñetazos, mordiscos, empujones, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria.
  • Verbal: Poner motes, insultos, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, usar el móvil para intimidar a la víctima, sacarle fotos mientras se le pega y ponerlas en Internet, etc. Es el más habitual.
  • Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
  • Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.
En España el 1,6% de los niños y jóvenes sufren bullying de forma 
constante y un 5,7% lo vive de forma esporádica.


El Bullying como cualquier acoso implica la repetición continuada de agresiones, burlas para aislar a la víctima y hacerla sentir mal consigo misma hasta el punto de no soportarse en su propia piel.
Suele estar provocado por un alumno que se apoya en un grupo contra la víctima que se encuentra en minoría e indefensa, en la mayoría de los casos es una persona que acaba quedándose sola o que los amigos / conocidos no suelen hacer nada ante las agresiones que sufre por miedo a que les ocurra lo mismo. No suelen decir nada debido al miedo que tienen de ser aún más rechazado e ignorados.
Como suele suceder con los acosos, éste se mantiene por la pasividad y la ignorancia de las personas que rodean tanto a la víctima como a los agresores.
En el acoso escolar o Bullying los agresores ven disminuida su capacidad de empatía, actúan sin ponerse en el lugar de la victima a la que atacan. Se produce una conducta inadaptada violenta de agresión y rabia hacia otra persona. En las personas que observando los acosos y la violencia hacia las víctimas no hacen nada se da una falta de sensibilidad, apatía y solidaridad, hoy es otro el acosado pero mañana puedes ser tú. ¡No te calles contra el acoso escolar pide ayuda! 

¡No te calles! ¡Pide Ayuda!

Si sufres acoso escolar o sabes de casos de acoso en tu colegio no te quedes callado. Hablar con los profesores, policía o personas que estén relacionadas con el menor. En caso necesario acude a un profesional para buscar solución a tu problema . En PSICOEDUCAMUR PSICOLOGIA EN MURCIA PODEMOS AYUDARTE.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿DEBO HACER LOS DEBERES CON MI HIJ@?





Son muchos los padres y madres que vienen a consulta y me preguntan si es conveniente o no ayudar a vuestros hijos con las tareas del cole.
 Todos nos hacemos la misma pregunta: ¿es bueno que pasemos todo el tiempo con los niños frente a los deberes o es mejor que sean ellos solos los que se enfrenten a la tarea?

Se trata de nuevo de una cuestión de lógica y por supuesto relacionada con la edad del niño o niña.
También tendremos que tener en cuenta como siempre la situación de cada niño y sus características ya que cada uno tiene sus propias particularidades y ya sabemos que nuestros propios hijos no suelen ser iguales y afrontan las tareas de un modo distinto.

Es necesario por supuesto que sean ellos los que lleguen a realizar solos las tareas, pero a lo largo del camino necesitarán nuestro apoyo para lograrlo.

Para que os sirva un poco de guía os voy a presentar un resumen de las necesidades y tipo de ayuda que necesitan nuestros hijos atendiendo a la edad:

  • Hasta los 8 años un niño necesita ayuda para organizarse y que le enseñemos un método sencillo de estudio. Le debemos ayudar en la comprensión de las tareas, explicándole que son los datos en los planteamientos de los problemas y en caso necesario aclararle dudas sobre los conceptos básicos. Otra vez insistimos en las diferencias individuales. Puede haber niños que realicen los deberes solos pero a esta edad es imprescindible la supervisión de los padres.
  •  Cuando el niño se encuentre entre los 9 y 11 años ya habrá adquirido un método de trabajo siempre y cuando hayamos trabajado ese método ya que si hemos dejado al niño de pequeñito de forma anárquica ante la tarea, es mucho más dificil que haya adquirido un método . Aún así, hay algunos niños que aún no han conseguido un grado de autonomía y siguen necesitando algo de ayuda para organizarse, va a depender como siempre de cada peque. Tendremos que seguír supervisando la tarea de modo que el niño sienta que le hacemos caso pero no note un excesivo control. Pensar que ahora se están haciendo mayores y les gusta que les tratemos como mayores pero aún hay que estar un poco atentos y comprobar que siguen el camino correctamente.
  • A partir de los 12 años se considera que ya tiene la edad suficiente para ser capaz de organizarse y planificar los deberes en función de la urgencia y de la cantidad de trabajo que les pidan en la escuela. Se supone que ya ha adquirido un grado de madurez que le capacita para organizarse y planificar el sólo su trabajo. Aún así cuando el niño demande nuestra ayuda ante determinadas situaciones, o tareas que no entienden solos tenemos que ser flexibles y ofrecerles nuestra ayuda. No olvidemos que aún siguen siendo niños.
Como hemos visto, lo más importante en nuestra tarea de padres es enseñarle unos habitos básicos de estudio y crear las condiciones óptimas para que el estudio se realice de la mejor forma.
Esto incluye:
Realizar las tareas en un sitio con luz adecuada, normalmente en su escritorio en el cuarto y siempre en el mismo sitio por supuesto exento de ruidos, televisiones y elementos que le puedan distraer de sus tareas.
  • Realizar las tareas a diario más o menos a la misma hora. El fin de semana preferiblemente a primera hora por la mañana ya que la atención y concentración se encuentra en el mejor momento y así después pueden disfrutar del tiempo libre el resto del día para jugar , salir etc...
  • Otro aspecto que podemos señalar es que es preferible que realicen en primer lugar la tarea de dificultad media, de este modo recaptan la atención para pasar a la tarea de mayor dificultad y finalmente pueden realizar la tarea más fácil para ellos o incluso las tareas de trabajos, buscar información , colorear...
  • Por supuesto debemos enseñarles a organizar su material, cuidarlo y tenerlo disponible en su lugar correspondiente así como recogerlo cuando acaban las tareas.
Por lo tanto, el papel de los padres a la hora de estudiar con sus hijos es el de enseñarles a adquirir los hábitos de estudio necesarios para que vayan siendo capaces de realizar su trabajo diario y adquieran responsabilidad, eficacia y poco a poco ganen autonomía. 

Como hemos visto, en este proceso necesitan apoyo como en casi todo, aún así hay ocasiones en que pueden surgír dudas, problemas y dificultades en la adquisición de los hábitos de estudio. En este caso siempre puedes pedír ayuda a un profesional. En PSICOEDUCAMUR podemos ayudarte.

Hoy os recomiendo si vuestro hijo o hija aún no sabe estudiar solo que le apunteís a nuestro TALLER DE TÉCNICAS DE ESTUDIO.

En este taller tu hijo o hija aprenderá las bases más importantes del estudio, como mejorar la atención, la concentración, y sabrá sacar mayor rendimiento a las horas de estudio a partir de diferentes técnicas, de la mano de nuestra psicóloga.
¡El estudio no volverá a ser un problema en casa!
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miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL DUELO EN LOS NIÑOS

El Duelo en los niños...


Poder llorar la muerte de un ser querido adecuadamente y afrontar la 
pérdida antes de que se produzca, en el momento en que ocurre y 
sobre todo después, hace que el niño/a no pueda sentirse culpable, 
deprimido, enojado o asustado. Cuando ayudamos a nuestros hijos a 
curarse del dolor que produce la herida emocional más profunda de 
todas –la muerte de un ser querido -, los estamos dotando de unas 
capacidades y una comprensión importantes, que le servirán para el 
resto de sus vidas”. William C. Kroen (1996). 

Es interesante saber que el duelo en la infancia ante la pérdida de un ser querido se afronta de distinto modo según la edad, circunstancias que rodean al niño y sobre todo de la actitud que tomen los adultos que rodean al pequeño.
Está claro que el acontecimiento más traumático al que puede asistir un niño es la muerte del padre o la madre.
 El duelo es un proceso que pasa por unas fases determinadas, dura un tiempo determinado y presenta unos síntomas muy característicos .
En niños muy pequeñitos, de 2 a 3 años podemos observar llantos a gritos y reacciones de alerta ante ruidos o personas pudiendo estar pendiente de la aparición del ser que ha perdido.
De 2 a 6 años presentan síntomas de confusión, perplejidad, inseguridad. Aparece el tema de la muerte en los juegos y la preguntas. Además pueden tener conductas regresivas como mojar de nuevo la cama o tener miedo a ir solo a dormir. Aparece el pensamiento mágico, que suele ser por la no aceptación de la pérdida, imaginan que volverá , que dentro de un tiempo aparecerá papá o mamá.
De los 6 a los 9 años ya distinguen perfectamente la realidad y ahora muestran negación, miedo, irritabilidad , e incluso adoptan el papel de la persona fallecida , queriendo cuidar de los hermanos por ejemplo.

Existen falsas creencias acerca del duelo en los peques, tales como que el duelo no se experimenta en los niños, o que suele ser de corta duración, o incluso que debemos tapar las emociones para que no sufran.
Aquí os muestro algunas actitudes que podemos tomar para ayudar al niño a afrontar la pérdida de forma adecuada:
- Dar la noticia cuanto antes con palabras sencillas que el niño entienda.
-Darle mucho apoyo físico y emocional, abrazos besos...
- Dejar claro que vamos a seguír queriendo a la persona, que no vamos a olvidarla.
- Animarle a que exprese sus sentimientos, que llore, grite, que hable...
- Si existe culpabilidad, darle las explicaciones de la verdadera razón de su muerte.
- Con frecuencia, lo que más ayuda a los niños frente a las pérdidas, es
reencontrar el ritmo cotidiano de sus actividades: el colegio, sus amigos,
sus juegos familiares y visitar y hablar a  las personas que quiere.
- Permitirle que participe en los velatorios y funerales para que comprenda mejor el proceso de la muerte y que sepa que no se trata de nada malo, que forma parte de la propia vida y que no se trata de un sueño.
 Y no olvidemos que hay que ser completamente honestos con el niño/a.
 Acompañar a un niño en duelo significa ante todo NO APARTARLE de la realidad que se está viviendo con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. De forma contraria, hay que ayudarle a que conozca la realidad y sepa aceptarla, con nuestro apoyo.
El niño durante el proceso de duelo es normal que presente algunos de estos síntomas:
•  Lanto y rabietas frecuentes y prolongadas
• Apatía e insensibilidad
• Un periodo prolongado durante el cual el niño pierde interés por los
amigos y por las actividades que solían gustarle.
• Frecuentes pesadillas y problemas de sueño.
• Pérdida de apetito y de peso.
• Miedo de quedarse solo.
• Comportamiento infantil (hacerse pis, hablar como un bebé, pedir
comida a menudo…) durante tiempo prolongado. 19
• Frecuentes dolores de cabeza solos o acompañados de otras
dolencias físicas.
• Imitación excesiva de la persona fallecida, expresiones repetidas del
deseo de reencontrarse con el fallecido.
• Cambios importantes en el rendimiento escolar
Cuando estos síntomas se prolonguen en tiempo e intensidad no dudes en buscar la ayuda de un profesional. En Psicoeducamur podemos ayudarte.
Piensa que lo más normal es que el proceso de duelo dure de uno a dos años y el pequeño habrá superado la muerte del ser querido cuando sea capaz de sentirse orgulloso de haber compartido momentos con el fallecido y haber sido parte muy importante en su vida.