lunes, 29 de diciembre de 2014

LAS MENTIRAS EN LA INFANCIA

LAS MENTIRAS EN LA INFANCIA


A lo largo de la infancia aparecen determinadas conductas que nos llaman la atención . Una de ellas es la mentira. 
La mentira, como siempre decimos es normal hasta cierto punto pero cuando se presenta de forma frecuente y durante un largo periodo de tiempo tenemos que investigar, pues probablemente esconde que algo está pasando.
Hasta los tres años el niño no suele mentir, solamente en algunos casos en los que ha hecho alguna travesura y pretende esconder alguno de sus resultados. Poco a poco, y a través del juego va incorporando a su repertorio de conductas la mentira.
A partír de los 5 años aparece ya la mentira de una forma más intencional ya que aprenden que con la mentira pueden evitar ser castigados y que pueden obtener mejores resultados y son los adultos los que deben guiar al pequeño para que no se acostumbre a tomar la mentira como algo cotidiano.

Algunos motivos por los que nuestros peques suelen mentir suelen ser los siguientes:
  • Evitar ser castigado: Suele ser uno de los principales motivos en la primera infancia .
  • Conseguir algo.
  • Evitar la vergüenza por haber realizado algo no adecuado.
  • Quedar  bien ante los compañeros, es decír, mostrar superioridad. Suele darse en niños más mayores.
  • Llamar la atención.
Debemos observar a nuestros hijos diariamente, escucharlos y leer sus gestos. Muchas veces podemos detectar sus mentiras tan solo en un gesto.
También tenemos que llevar cuidado con el nivel de exigencia hacia los niños ya que si permanentemente le estamos exigiendo es mucho más probable que inventen pequeñas mentiras para quedar bien.
Cuando un niño miente hay que evitar el castigo pero tampoco hay que premiarle .
Hablar con el pequeño, investigar y trasmitirle el mensaje de que la mentira no conduce a nada bueno es una buena vía de transmisión de unos valores adecuados.
Debemos darle el mensaje de que la mentira siempre acaba descubriéndose y que tenemos que buscar otras soluciones mucho más efectivas descubriendo nuevos caminos.
 Aún así, siempre que reconozca que ha mentido debemos decirle que estamos orgullosos de su comportamiento sincero y que aunque hayan mentido está muy bien que reconozcan su error.
En definitiva esta es la línea que debemos seguír cuando los niños mienten aunque si se presenta la mentira de un modo muy frecuente debemos acudir a un profesional para que nos oriente. En Psicoeducamur PSICOLOGIA EN MURCIA podemos ayudarte.

martes, 9 de diciembre de 2014

CÓMO ACTÚAR CON NUESTROS HIJOS ADOLESCENTES.


 La adolescencia es una época complicada y la comunicación entre padres e hijos se puede volver dificultosa y no saber como actuar con nuestros hijos adolescentes.
 Es importante tener en cuenta que ellos son los primeros que no comprenden lo que les está ocurriendo pues todavía no son adultos y están abandonando la infancia y estos cambios no son fáciles para ellos.
Es una etapa de diferenciación con la familia y búsqueda de apoyo entre los iguales. En esta edad preferirán estar con su grupo de amigos y este pasará a ser más que su propia familia.La familia pasaremos a un segundo plano, y es algo a lo que tenemos que estar preparados.
Por este motivo, es frecuente que se produzcan disputas relacionadas con la negativa de los hijos de cumplir con la disciplina de los adultos.
 Crecer no es tarea fácil, el lado inseguro de los adolescentes quiere sentirse protegido, y el lado aventurero quiere desarrollarse y hacer cosas nuevas.A veces vuelven a mostrar actitudes de niño y otras veremos que quieren parecer auténticos adultos.

Pueden aparecer cambios de humor muy bruscos que son consecuencia del cambio que están experimentando a nivel interior.

La cuestión es : ¿Cómo debemos actúar como padres?:

Muchas veces tenemos que hacer auténticos esfuerzos por comprenderles, por escucharles, por ser pacientes. De verdad que merece la pena el esfuerzo pues se trata de nuestros hijos.
Además no suele servir de nada discutir permanentemente y dejar de comunicarnos, podemos entrar en un auténtico bucle del que es difícil salir.
Sobre todo os animo a empatizar con ellos, aunque sea un ejercicio difícil, a ponernos en su lugar y también a recordar como actuábamos nosotros cuando teníamos su edad.
No por esto debemos permitirlo todo. Por supuesto que tendrán que esforzarse, colaborar, tener sus propias tareas y tendremos que seguir negociando como siempre con ellos pero desde una óptica totalmente distinta a la que teníamos cuando eran pequeños. 
Como siempre, es una cuestión de lógica, debemos ser firmes y debemos sobre todo establecer el diálogo en esta etapa aún con más frecuencia.Recordemos que ya no son niños.

Saber escuchar el lenguaje no solo de las palabras: unas lágrimas, una carcajada, una cara malhumorada, un portazo, hablan tanto como unas palabras.
Comunicarse en todo momento y  que los hijos se enteren de que aceptáis sus sentimientos, cualesquiera que sean, y por tanto, puedan manifestároslos si lo desean. Dejar tiempo para el diálogo, ofrecer una actitud de apertura nos puede ayudar.
Darse cuenta de la importancia de escuchar: saber escuchar puede jugar un papel muy importante a la hora de estimular los sentimientos de autoestima y autoconfianza de vuestro hijo. Al escucharle, se le transmite mensajes como: “Tú eres una persona valiosa” o “Respeto tu punto de vista”.
Mostrar mucho interés hacia sus cosas, eso les hace sentirse muy importantes. 

 Contestar las preguntas que os hacen: ser lo más rápidos, francos y directos posible.
Si queremos que nos cuenten, tenemos que dar el primer paso y ser nosotros los que cuenten , al principio puede no dar resultado pero a largo plazo seguro que lo dará, ya que nuestros hijos están recibiendo un modelo, un ejemplo que comunica su forma de sentir, de pensar, las cosas que le pasan.

Cuidado con preguntar mucho ya que convertirá la comunicación en un autentico interrogatorio, en el que nuestros hijos no se sentirán nada cómodos y tratarán de eludir estos momentos , con respuestas automáticas como monosílabos. 

Elegir el momento adecuado: hay que tratar elegir un momento adecuado para tratar temas delicados.Por ejemplo en el momento de una riña no se te ocurra ponerte a tratar temas pendientes ni saques los trapos sucios. Mejor esperar a la vuelta a la calma.

Aceptar los propios límites: saber que tenemos derecho a no saberlo todo y a cometer errores.

Permitirles que no estén de acuerdo: dejarles expresar sus opiniones y argumentos y responder de forma comprensiva pero firme (evitar ser autoritarios).No vale ya en esta edad el porque yo lo digo y punto... Se pueden aún enfrentar a tí mucho más.

Evitar el sarcasmo o la burlahumillar es una manera rápida de hacer que no nos escuchen. A nadie le gusta hablar o escuchar cuando se siente que lo van a derribar.

Cuidado con poner calificativos a los hijos: debemos evitar poner etiquetas a nuestros hijos ya que éstas pueden hacer que se comporten en función de algo que realmente no son. Estamos ante una profecía de autocumplimiento.

Entender la adolescencia por lo que realmente es: nuestros hijos se encuentran en una etapa del desarrollo complicada. A los cambios fisiológicos que se producen en la adolescencia, hay que sumar los cambios en la forma de pensar y actuar.

Aquí os presento algunos ejemplos que probablemente os pueden ayudar a comprender como debemos cambiar la forma de actúar.

 En vez de prohibirles determinada ropa les diremos: eso no te pega mucho , pero si te gusta pues vale, yo creo que vas mas guapo con esto otro. No obstante póntelo hoy y prueba a salir a ver que te dicen. Pero para ir a casa de los abuelos ponte por favor otra cosa.
Cuando no nos guste determinada compañía , no podemos prohibirle directamente ir con ese amigo o amiga, pues probablemente lo hará con mas insistencia. Podemos decirle: esa amiga no es muy graciosa, me gusta mas esta otra, tiene mala fama, de ir de flor en flor, de no estudiar, pero bueno, no creo que por ir con ella cojas mala fama tú. Tu eres una chica estupenda y yo confío mucho en tí.
No decirles: "tienes que recoger tus cosas, estudiar, lavar los platos porque yo lo digo y basta. En vez de esto decirle cuando tengas tus cosas hechas hemos pensado papá y yo que te puedes bajar un rato a charlar con tus amigos al parque, anda dame un beso..."
Por ejemplo, en vez de decirle, a mi que me importa que tu amigo se haya hecho un tatuaje, eso es una birria... Por el contrario decirle, ¿Si? Y que curioso que se haya hecho un tatuaje Pepe, y ¿donde?, ¿le ha dolido?.

Es una etapa en la que debemos hacer un esfuerzo por comprenderlos, y por apoyarlos ya que para ellos tampoco es fácil superarla. Si los problemas que aparecen son demasiado preocupantes y necesitas la orientación de un profesional en PSICOEDUCAMUR, PSICOLOGÍA EN MURCIA podemos hacerlo.

lunes, 1 de diciembre de 2014

LOS CELOS INFANTILES


Los celos infantiles son una reacción adaptativa que suele durar un transcurso de tiempo determinado, que conlleva alteraciones comportamentales y emocionales, que surge ante un desequilibrio en la dinámica familiar afectiva y que pueden adquirir un carácter permanente si no se actúa de manera adecuada en la familia. Cuando esta alteración dura demasiado tiempo y altera con mucha frecuencia la dinámica familiar tenemos que estar muy atentos.
El papel de los padres, ante los celos entre hermanos, es fundamental, ya que son los responsables de que los celos infantiles adquieran un papel desadaptativo y permanente. A pesar de no poder eliminar la rivalidad, los padres deben ayudar a fomentar una relación saludable entre los hermanos.
Los celos infantiles se denominan también “síndrome del destronamiento”, ya que hacen referencia al desplazamiento y a la pérdida de poder como consecuencia del nacimiento de un nuevo hermano, que es considerado como un rival. Entonces en este momento el niño destronado suele reaccionar con una serie de comportamientos con el objetivo de recaptar la atención del adulto.
Klüber-Ross (1992), refiere que los celos sólo son negativos si alguien los reprime o desprecia al niño por tener esa reacción natural.
Los celos infantiles suelen tener su punto máximo entre los 2 y 4 años. Se puede afirmar que el niño es más proclive a manifestar celos cuando el nacimiento del nuevo hermano tiene lugar antes de los 5 años. Además, si la diferencia entre los hermanos es menor a 3 años, con una probabilidad muy alta, el niño manifestará celos hacia su hermano.
¿Cómo se manifiestan los celos infantiles?
  • El niño tiene comportamientos que no corresponden a su edad. Se observan conductas que nos son propias de la edad evolutiva en la que se encuentra el niño, las cuales tienen como finalidad reconquistar el afecto y la atención de sus padres. P.ej. vuelven a hacerse pis durante la noche, chuparse el dedo, pedir tomar biberón o pecho materno de nuevo, demandar ser tomado en brazos o desear dormir de nuevo en la cama de los padres, alteraciones en el sueño y en la alimentación.
  • Se incrementan las conductas de desobediencia, negativismo y oposición hacia los padres.
  • Se observan en el niño actitudes de indiferencia y retraimiento. El niño decide alejarse de su entorno, parece indiferente y desinteresado por todo lo que sucede a su alrededor y se muestra apático, despistado y aburrido.
  • Somatizaciones. Los celos del niño hacia su nuevo hermano o “rival” se pueden manifestar físicamente a través de dolores de cabeza, problemas digestivos, dolor de barriga o malestar general.
  • Conductas agresivas. La agresividad suele observarse en los casos en los que existe un elevado nivel de celos. No todos los niños que tienen celos de su nuevo hermano se comportan agresivamente, normalmente la agresividad aparece cuando existe una bajo grado de autocontrol, baja tolerancia a la frustración y escasas habilidades para expresar y gestionar emociones. Las conductas agresivas más frecuentes cuando existe un alto grado de celos son pegar, insultar y en caso muy extremos, intentar eliminar físicamente al hermano recién nacido.
Si te encuentras con dificultades para afrontar de manera adecuada el problema de celos que observas en tu hijo y buscas ayuda de un profesional que pueda asesorarte en Psicoeducamur, podemos ayudarte.

viernes, 21 de noviembre de 2014

ACOSO ESCOLAR

Este Video refleja lo que siente un niño que está sufriendo a diario acoso escolar. 

El Bullying o acoso escolar es un problema creciente en las aulas que consiste en un maltrato psicológico, verbal o físico  producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. El objetivo mayoritario del bullying es el de someter y asustar a las víctimas. El problema se da cuando el acosado sufre de forma silenciosa el acoso y no le cuenta a nadie lo sucedido. Muchas veces el niño se muestra más irritable de lo habitual y rechaza ir al cole.
Hay diferentes tipos de acoso escolar, a veces puede darse uno de forma aislada pero en la mayoría de los casos suelen compaginarse y un mismo niño es víctima de varios tipos de acoso escolar. Hay varias clasificaciones:
  • Físico: Pegar Patadas, puñetazos, mordiscos, empujones, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria.
  • Verbal: Poner motes, insultos, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, usar el móvil para intimidar a la víctima, sacarle fotos mientras se le pega y ponerlas en Internet, etc. Es el más habitual.
  • Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
  • Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.
En España el 1,6% de los niños y jóvenes sufren bullying de forma 
constante y un 5,7% lo vive de forma esporádica.


El Bullying como cualquier acoso implica la repetición continuada de agresiones, burlas para aislar a la víctima y hacerla sentir mal consigo misma hasta el punto de no soportarse en su propia piel.
Suele estar provocado por un alumno que se apoya en un grupo contra la víctima que se encuentra en minoría e indefensa, en la mayoría de los casos es una persona que acaba quedándose sola o que los amigos / conocidos no suelen hacer nada ante las agresiones que sufre por miedo a que les ocurra lo mismo. No suelen decir nada debido al miedo que tienen de ser aún más rechazado e ignorados.
Como suele suceder con los acosos, éste se mantiene por la pasividad y la ignorancia de las personas que rodean tanto a la víctima como a los agresores.
En el acoso escolar o Bullying los agresores ven disminuida su capacidad de empatía, actúan sin ponerse en el lugar de la victima a la que atacan. Se produce una conducta inadaptada violenta de agresión y rabia hacia otra persona. En las personas que observando los acosos y la violencia hacia las víctimas no hacen nada se da una falta de sensibilidad, apatía y solidaridad, hoy es otro el acosado pero mañana puedes ser tú. ¡No te calles contra el acoso escolar pide ayuda! 

¡No te calles! ¡Pide Ayuda!

Si sufres acoso escolar o sabes de casos de acoso en tu colegio no te quedes callado. Hablar con los profesores, policía o personas que estén relacionadas con el menor. En caso necesario acude a un profesional para buscar solución a tu problema . En PSICOEDUCAMUR PSICOLOGIA EN MURCIA PODEMOS AYUDARTE.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿DEBO HACER LOS DEBERES CON MI HIJ@?





Son muchos los padres y madres que vienen a consulta y me preguntan si es conveniente o no ayudar a vuestros hijos con las tareas del cole.
 Todos nos hacemos la misma pregunta: ¿es bueno que pasemos todo el tiempo con los niños frente a los deberes o es mejor que sean ellos solos los que se enfrenten a la tarea?

Se trata de nuevo de una cuestión de lógica y por supuesto relacionada con la edad del niño o niña.
También tendremos que tener en cuenta como siempre la situación de cada niño y sus características ya que cada uno tiene sus propias particularidades y ya sabemos que nuestros propios hijos no suelen ser iguales y afrontan las tareas de un modo distinto.

Es necesario por supuesto que sean ellos los que lleguen a realizar solos las tareas, pero a lo largo del camino necesitarán nuestro apoyo para lograrlo.

Para que os sirva un poco de guía os voy a presentar un resumen de las necesidades y tipo de ayuda que necesitan nuestros hijos atendiendo a la edad:

  • Hasta los 8 años un niño necesita ayuda para organizarse y que le enseñemos un método sencillo de estudio. Le debemos ayudar en la comprensión de las tareas, explicándole que son los datos en los planteamientos de los problemas y en caso necesario aclararle dudas sobre los conceptos básicos. Otra vez insistimos en las diferencias individuales. Puede haber niños que realicen los deberes solos pero a esta edad es imprescindible la supervisión de los padres.
  •  Cuando el niño se encuentre entre los 9 y 11 años ya habrá adquirido un método de trabajo siempre y cuando hayamos trabajado ese método ya que si hemos dejado al niño de pequeñito de forma anárquica ante la tarea, es mucho más dificil que haya adquirido un método . Aún así, hay algunos niños que aún no han conseguido un grado de autonomía y siguen necesitando algo de ayuda para organizarse, va a depender como siempre de cada peque. Tendremos que seguír supervisando la tarea de modo que el niño sienta que le hacemos caso pero no note un excesivo control. Pensar que ahora se están haciendo mayores y les gusta que les tratemos como mayores pero aún hay que estar un poco atentos y comprobar que siguen el camino correctamente.
  • A partir de los 12 años se considera que ya tiene la edad suficiente para ser capaz de organizarse y planificar los deberes en función de la urgencia y de la cantidad de trabajo que les pidan en la escuela. Se supone que ya ha adquirido un grado de madurez que le capacita para organizarse y planificar el sólo su trabajo. Aún así cuando el niño demande nuestra ayuda ante determinadas situaciones, o tareas que no entienden solos tenemos que ser flexibles y ofrecerles nuestra ayuda. No olvidemos que aún siguen siendo niños.
Como hemos visto, lo más importante en nuestra tarea de padres es enseñarle unos habitos básicos de estudio y crear las condiciones óptimas para que el estudio se realice de la mejor forma.
Esto incluye:
Realizar las tareas en un sitio con luz adecuada, normalmente en su escritorio en el cuarto y siempre en el mismo sitio por supuesto exento de ruidos, televisiones y elementos que le puedan distraer de sus tareas.
  • Realizar las tareas a diario más o menos a la misma hora. El fin de semana preferiblemente a primera hora por la mañana ya que la atención y concentración se encuentra en el mejor momento y así después pueden disfrutar del tiempo libre el resto del día para jugar , salir etc...
  • Otro aspecto que podemos señalar es que es preferible que realicen en primer lugar la tarea de dificultad media, de este modo recaptan la atención para pasar a la tarea de mayor dificultad y finalmente pueden realizar la tarea más fácil para ellos o incluso las tareas de trabajos, buscar información , colorear...
  • Por supuesto debemos enseñarles a organizar su material, cuidarlo y tenerlo disponible en su lugar correspondiente así como recogerlo cuando acaban las tareas.
Por lo tanto, el papel de los padres a la hora de estudiar con sus hijos es el de enseñarles a adquirir los hábitos de estudio necesarios para que vayan siendo capaces de realizar su trabajo diario y adquieran responsabilidad, eficacia y poco a poco ganen autonomía. 

Como hemos visto, en este proceso necesitan apoyo como en casi todo, aún así hay ocasiones en que pueden surgír dudas, problemas y dificultades en la adquisición de los hábitos de estudio. En este caso siempre puedes pedír ayuda a un profesional. En PSICOEDUCAMUR podemos ayudarte.

Hoy os recomiendo si vuestro hijo o hija aún no sabe estudiar solo que le apunteís a nuestro TALLER DE TÉCNICAS DE ESTUDIO.

En este taller tu hijo o hija aprenderá las bases más importantes del estudio, como mejorar la atención, la concentración, y sabrá sacar mayor rendimiento a las horas de estudio a partir de diferentes técnicas, de la mano de nuestra psicóloga.
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miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL DUELO EN LOS NIÑOS

El Duelo en los niños...


Poder llorar la muerte de un ser querido adecuadamente y afrontar la 
pérdida antes de que se produzca, en el momento en que ocurre y 
sobre todo después, hace que el niño/a no pueda sentirse culpable, 
deprimido, enojado o asustado. Cuando ayudamos a nuestros hijos a 
curarse del dolor que produce la herida emocional más profunda de 
todas –la muerte de un ser querido -, los estamos dotando de unas 
capacidades y una comprensión importantes, que le servirán para el 
resto de sus vidas”. William C. Kroen (1996). 

Es interesante saber que el duelo en la infancia ante la pérdida de un ser querido se afronta de distinto modo según la edad, circunstancias que rodean al niño y sobre todo de la actitud que tomen los adultos que rodean al pequeño.
Está claro que el acontecimiento más traumático al que puede asistir un niño es la muerte del padre o la madre.
 El duelo es un proceso que pasa por unas fases determinadas, dura un tiempo determinado y presenta unos síntomas muy característicos .
En niños muy pequeñitos, de 2 a 3 años podemos observar llantos a gritos y reacciones de alerta ante ruidos o personas pudiendo estar pendiente de la aparición del ser que ha perdido.
De 2 a 6 años presentan síntomas de confusión, perplejidad, inseguridad. Aparece el tema de la muerte en los juegos y la preguntas. Además pueden tener conductas regresivas como mojar de nuevo la cama o tener miedo a ir solo a dormir. Aparece el pensamiento mágico, que suele ser por la no aceptación de la pérdida, imaginan que volverá , que dentro de un tiempo aparecerá papá o mamá.
De los 6 a los 9 años ya distinguen perfectamente la realidad y ahora muestran negación, miedo, irritabilidad , e incluso adoptan el papel de la persona fallecida , queriendo cuidar de los hermanos por ejemplo.

Existen falsas creencias acerca del duelo en los peques, tales como que el duelo no se experimenta en los niños, o que suele ser de corta duración, o incluso que debemos tapar las emociones para que no sufran.
Aquí os muestro algunas actitudes que podemos tomar para ayudar al niño a afrontar la pérdida de forma adecuada:
- Dar la noticia cuanto antes con palabras sencillas que el niño entienda.
-Darle mucho apoyo físico y emocional, abrazos besos...
- Dejar claro que vamos a seguír queriendo a la persona, que no vamos a olvidarla.
- Animarle a que exprese sus sentimientos, que llore, grite, que hable...
- Si existe culpabilidad, darle las explicaciones de la verdadera razón de su muerte.
- Con frecuencia, lo que más ayuda a los niños frente a las pérdidas, es
reencontrar el ritmo cotidiano de sus actividades: el colegio, sus amigos,
sus juegos familiares y visitar y hablar a  las personas que quiere.
- Permitirle que participe en los velatorios y funerales para que comprenda mejor el proceso de la muerte y que sepa que no se trata de nada malo, que forma parte de la propia vida y que no se trata de un sueño.
 Y no olvidemos que hay que ser completamente honestos con el niño/a.
 Acompañar a un niño en duelo significa ante todo NO APARTARLE de la realidad que se está viviendo con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. De forma contraria, hay que ayudarle a que conozca la realidad y sepa aceptarla, con nuestro apoyo.
El niño durante el proceso de duelo es normal que presente algunos de estos síntomas:
•  Lanto y rabietas frecuentes y prolongadas
• Apatía e insensibilidad
• Un periodo prolongado durante el cual el niño pierde interés por los
amigos y por las actividades que solían gustarle.
• Frecuentes pesadillas y problemas de sueño.
• Pérdida de apetito y de peso.
• Miedo de quedarse solo.
• Comportamiento infantil (hacerse pis, hablar como un bebé, pedir
comida a menudo…) durante tiempo prolongado. 19
• Frecuentes dolores de cabeza solos o acompañados de otras
dolencias físicas.
• Imitación excesiva de la persona fallecida, expresiones repetidas del
deseo de reencontrarse con el fallecido.
• Cambios importantes en el rendimiento escolar
Cuando estos síntomas se prolonguen en tiempo e intensidad no dudes en buscar la ayuda de un profesional. En Psicoeducamur podemos ayudarte.
Piensa que lo más normal es que el proceso de duelo dure de uno a dos años y el pequeño habrá superado la muerte del ser querido cuando sea capaz de sentirse orgulloso de haber compartido momentos con el fallecido y haber sido parte muy importante en su vida.

viernes, 31 de octubre de 2014

LOS MIEDOS INFANTILES

Los Miedos Infantiles

Son muchos los padres que acuden a consulta preguntando ¿Es normal que  mi hijo tenga miedo a dormir solo? ...¿Es normal que tenga miedo a ir al cole...? Es conveniente que conozcamos que algunos miedos son adaptativos y propios de la edad y una vez pasado el tiempo tienden a desaparecer. Se trata de miedos evolutivos.
Pero cuando ese miedo persiste en el tiempo , y aparece con frecuencia y de modo intenso debemos preocuparnos . 
A continuación con el fin de que tengaís una pequeña guía os indico de los miedos más frecuentes en cada edad:
Por ejemplo, niños entre cero y dos años temen principalmente a los ruidos fuertes, a la pérdida de base de apoyo, a la separación de los padres, a los extraños… 
En los niños de tres a cinco años suele disminuir el miedo a la pérdida de apoyo y a los extraños y aparecen temores nuevos como el miedo al daño físico, a las personas disfrazadas y a la oscuridad. 
Durante los seis hasta los ocho años los miedos más frecuentes son a los seres imaginarios, a las tormentas o a quedarse solo en casa.
 Y por último, los niños de nueve a doce años temen al fracaso escolar, a la muerte y empiezan a preocuparse por su aspecto físico y por las relaciones con sus iguales.
 Muchos padres vienen a la consulta y me dicen “tiene los mismos miedos que tenía yo”, “lo ha heredado de mí ”. Es cierto que la probabilidad de que un niño sufra miedos infantiles es mayor si sus padres también los sufren. Esto no significa necesariamente que se haya heredado sino que  el niño copia las reacciones de miedo de sus padres cuando por ejemplo,  el papá empieza a gritar  cuando ve una cucaracha.
También hemos de ser muy cautelosos con los miedos infundados, no es conveniente decir al niño que viene el tío del saco para que coma, o si no vienes, vendrá el guardia, o ven, que si no llamo al perro... Todo esto no ayuda...sino que puede desembocar en el desarrollo ciertos miedos innecesarios.
Con todo esto es importante señalar que, a pesar de la alta frecuencia de miedos en la infancia, sólo alrededor de un 5% de los niños sufren miedo patológico o fobias infantiles que deban considerarse clínicamente significativas. 
En conclusión, cuando un miedo persista en el tiempo, y provoque conductas de evitación o rechazo ante cosas cotidianas, acude a un profesional. En Psicoeducamur podemos ayudarte.

lunes, 27 de octubre de 2014

¿CUAL ES TU ESTILO EDUCATIVO?




Cuando educamos, a menudo nos hacemos la pregunta ¿ Soy demasiado autoritario, o demasiado permisivo? .¿ Debería ser mas blando, o debería imponer más mis normas?
 Muchas veces observamos en nosotros mismos acciones que denotan ciertos signos de autoritarismo a la hora de educar o por el contrario observamos pasividad ante algunas acciones de nuestros hijos y en ocasiones no sabemos si debemos ser tan exigentes o si por el contrario debemos hacer la vista gorda ante determinados comportamientos de los peques.
 El diálogo es la base de la educación y si bien es cierto que debemos poner límites deben ser dentro de un orden y siempre han de ser claros y precisos.
Existen distintos tipos de estilos educativos que a diario observamos en los padres.

Padres autoritarios: valoran la obediencia como una virtud. Utilizan medidas de castigo o de fuerza, y están de acuerdo en mantener a los niños en un papel subordinado y en restringir su autonomía. Se esfuerzan en influir, controlar y evaluar el comportamiento de sus hijos en función de unos patrones rígidos. No facilitan el diálogo, e incluso llegan a utilizar el rechazo como medida disciplinaria. Este estilo es el que tiene más repercusiones negativas en el desarrollo de los hijos, puesto que muestran falta de autonomía personal y creatividad, menor competencia social, baja autoestima y genera niños 
descontentos, reservados, poco tenaces, poco comunicativos y afectuosos y con tendencia a tener una pobre interiorización de valores. 

Padres permisivos: dotan al menor de gran autonomía, siempre que no esté en peligro su integridad física. Se comporta de una forma afirmativa, aceptadora y benigna hacia los impulsos y las acciones del niño. Lo libera de todo control y evita utilizar la autoridad, las restricciones y el castigo. No son exigentes en cuanto a la madurez y responsabilidad en las tareas. El problema viene dado porque los padres no son siempre capaces de marcar límites en la permisividad, pudiendo llegar a producir efectos socializadores negativos en cuanto a conductas agresivas y logros de independencia. Tenemos a niños aparentemente alegres y vitales, pero dependientes, con altos niveles de conducta antisocial y bajos niveles de madurez y éxito personal. 

Padres democráticos: intentan dirigir la actividad del niño, pero utilizan el razonamiento y la negociación. Tienden a dirigir la actividad del niño de una manera racional, partiendo de una aceptación de los derechos y deberes propios, así como de los derechos y deberes de los niños, lo que 
Baumrind denomina “Reciprocidad jerárquica”, es decir, cada miembro de la familia tiene derechos y responsabilidades con respecto a los demás. Se caracteriza por la comunicación bidireccional y por el énfasis entre la responsabilidad social de las acciones y el desarrollo de la autonomía e independencia en el menor. 
Desde distintos estudios se muestra que este estilo produce, por regla general, efectos positivos en la socialización: desarrollo de competencias sociales, elevada autoestima y bienestar psicológico, así como un nivel inferior de conflictos entre padres e hijos. Estamos hablando de niños interactivos, hábiles en las relaciones con los iguales, independientes y cariñosos. 

Está claro que merece la pena utilizar el razonamiento, negociar con nuestros hijos, aunque sea costoso y no dejar pasar cualquier acción del niño ya sea de forma pasiva o por el contrario mediante la fuerza o el rechazo.

martes, 21 de octubre de 2014

EL SÍNDROME DE ADICCIÓN A INTERNET


El Síndrome de Adicción a Internet: No a las puertas cerradas. La dieta digital.


Son muchas las personas  que llevan tiempo alertando sobre las consecuencias de que niños y adolescentes pasen tanto tiempo solos en su habitación y de la ausencia de comunicación entre hijos y padres. Una de esas consecuencias tiene que ver con el acceso a las TIC.


En la actualidad el 40% de los menores españoles (de entre 9 y 16 años) se conectan a la Red desde su habitación según un reciente estudio de la Comisión Europea (Riesgos y seguridad en internet: la perspectiva de los menores europeos), en el que han participado más de 23.000 chicos y chicas usuarios de internet de 23 países europeos.



Los especialistas se sorprenden al comprobar cómo no se aplican en la práctica las medidas de sentido común que pueden contribuir a minimizar los riesgos de Internet, aparte de los innegables beneficios que comporta.



Jesús de la Gándara, jefe de la Unidad de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, defiende que es un error atribuir la falta de control y comunicación parental, materializada en el denominado síndrome de la puerta cerrada, al uso de las nuevas tecnologías. "No podemos echar la culpa a Internet. El niño que se pasa las horas solo en su habitación navegando o jugando on line ¿por qué lo hace?", se pregunta.



En su opinión, lo importante es que "los sanitarios, los padres, estén al tanto de lo que le ocurre a los niños para que se puedan detectar cuanto antes comportamientos peligrosos, porque el uso inadecuado, excesivo y problemático de internet suele ir asociado a patrones patológicos de depresión, fobias, aislamiento". A finales de los 90 se detectaron los primeros casos de hikikomori en Japón: jóvenes varones veinteañeros habían hecho de la habitación su mundo, del que apenas salían para comer, ante la mirada atónita de unos padres a los que casi no dirigían la palabra y con la única compañía de un ordenador. 



La encuesta de la Comisión Europea revela que hasta el 41% de los menores españoles de 11 a 16 años afirma "haber experimentado una o más formas de uso excesivo de internet".



Para Jorge Flores Fernández, fundador de Pantallas Amigas —una iniciativa para la promoción del uso seguro de las nuevas tecnologías en la infancia y la adolescencia— los padres han accedido a instalar el ordenador en la habitación principalmente por dejadez:


"A día de hoy no han tomado conciencia clara de lo que esto significa, de los riesgos que conlleva no saber qué uso hacen los chavales del ordenador, de las horas que pasan frente a él, de cómo poco a poco la comunicación entre ellos se va enfriando. ¡Ya es complicado mantener una buena comunicación con los adolescentes cómo para encima poner tabiques de por medio!"

Flores siente un cierto desánimo al comprobar cómo cae en saco roto el mensaje que desde hace años lanzan distintos organismos pidiendo a los padres que instalen los ordenadores en las zonas comunes y no en las habitaciones de los niños.

"Algunos adultos creen que poner el ordenador en una zona común es una invasión de la intimidad, cosa completamente falsa. El que esté en el salón no implica que se miren los correos: es más una función de normalización de la vida digital. Además, es la mejor manera de compartir esa vida digital, en la que tantas lagunas tenemos los adultos frente a una generación que ha nacido en ella".

E insiste en que supervisar la relación de ese hijo con el ordenador no tiene nada que ver con controlar. "Los padres deben establecer una dieta digital, es decir, indicar por ejemplo cuándo y cuánto se puede utilizar el ordenador, al igual que lo hacen con la comida o con el dinero, o con cualquier otra cuestión doméstica".



Los expertos insisten en la necesidad de que los padres hagan el esfuerzo de incorporarse a las nuevas tecnologías como un elemento de conexión con los menores. Las consecuencias de no hacerlo son muy negativas para la relación, la incomunicación y a la integración, en lo que el sociólogo Javier Elzo denomina, familia nominal, modelo mayoritario en la sociedad española (42%). Se trata de una familia en la que las relaciones de padres e hijos pueden ser calificadas, con absoluta propiedad, como decoexistencia pacífica más que de convivencia participativa, ya que se comunican poco. Los padres están, en gran medida, cohibidos, desimplicados, sin que aborden con una mínima profundidad lo que requieren sus hijos. Una familia que no refiere conflictos en su seno, no tanto porque no los haya sino porque ha decidido no enfrentarse, no enterarse de los problemas.



Carles Feixa, doctor en Antropología Social, ya en el 2005 advertía de que se había reducido el contacto entre hijos y padres. Según él "la transición hacia la sociedad de la información hace por primera vez teóricamente posible tener una vida material y social sin salir de la propia habitación. Pero pero no todos los adolescentes se encierran en ella para evitar vivir en familia. Que lo hagan o no, depende de los padres y madres."



Feixa afirmaba que en 2005 el fenómeno patológico de los hikikomoris ya había llegado a España, aunque matizaba que el contexto social y cultural era distinto. Para él es preocupante que el adelanto en la edad de acceso a Internet no está siendo acompañado por un adelanto en la formación de los menores para el uso crítico de las TIC: "Los jóvenes tienen muchos conocimientos de internet, pero a menudo no tienen conciencia de su ignorancia; saben cómo navegar pero no hacia dónde hacerlo." Feixa proponía reconvertir las antiguas salas de estar en ciberespacios domésticos comunes, donde la familia se conecta junta aunque no revuelta al mundo digital y comparte ciertas actividades online de manera intermitente.



Según un reciente estudio publicado en  la revista Psychopathology los usuarios compulsivos de Internet que tienden a tener más interacción social virtual (salas de chat y redes sociales online) que real, podrían sufrir depresión. El estudio se presenta como el primero de gran alcance entre la juventud occidental sobre ciberadicción y depresión.

lunes, 13 de octubre de 2014

LOS TRASTORNOS DERIVADOS DE LAS REDES SOCIALES




Conoce los trastornos que provocan las redes sociales e Internet



La tecnología supone un signo de avance, de evolución, pero con ello también aparecen nuevos trastornos.
El pasado  Septiembre, la consultora especializada en tecnología, TechHive, recopiló las enfermedades psicológicas más recurrentes por el uso excesivo de teléfonos móviles y redes sociales.

TechHive enlista los síntomas y le otorga un nombre a cada uno de ellos

El síndrome de la llamada imaginaria: El usuario de teléfono celular cree que su móvil ha sonado o ha vibrado. La explicación que se da es que nuestro cerebro ha empezado a asociar al teléfono móvil con cualquier impulso que recibe, especialmente si estamos estresados.
La nomofobia: Es la angustia causada por no tener acceso al dispositivo, esto puede desencadenar desde incomodidad hasta un ataque de ansiedad.
Síndrome de la depresión del Facebook: Esto se genera por la angustia de no tener los “likes” que se buscaban, o que sus contactos tengan a su vez más “amigos” que él en la red social.
Síndrome del fin de Facebook: En el cual se sienten deprimidos al no cumplir con sus expectativas en la red social, la cual puede ser tener muchos amigos, o en su defecto pocos y de repente verse abrumado por muchas solicitudes de contacto.
Síndrome de dependencia al Internet: Es la necesidad de estar todo el tiempo conectado, lo que puede afectar la vida privada.
Síndrome de dependencia de videojuegos en línea: Es la necesidad de estar jugando todo el tiempo en le teléfono móvil o en la red.
Síndrome del efecto Google: En este el afectado se niega a almacenar información, y en lugar de recordar las cosas, cuando surge alguna duda usa el buscador para aclararla.
La cibercondria: Puede ser el más común, pues los usuarios tienden a proyectarse con lo que leen en la red. La cibercondria es un trastorno donde la persona se convence de que padece alguna o varias enfermedades de cuya existencia se enteró en Internet.
Si sufres algunas de estas patologías no dudes en acudir a tu psicólogo, en Psicoeducamur podemos ayudarte.