martes, 6 de octubre de 2015

Ayudarle o no ayudarle en los deberes...esa es la cuestión

Hoy os traigo un resumen de un reciente estudio de Enrique Martín Criado, profesor de Sociología en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. 
Según este estudio, el 80% de los estudiantes de primaria reciben ayuda y el 45% de los de secundaria, según la Encuesta sobre los hábitos de estudio de los niños españoles de TNS Demoscopia.
Desde hace aproximadamente unos diez años los padres otorgan diariamente más de una hora atendiendo a las tareas escolares, supervisan e incluso se sientan al lado del menor todo el tiempo en que hacen los deberes mostrando de este modo que ellos no son capaces de hacerlo solos.
Parece ser que hemos centrado todo en el estudio, en las actividades extraescolares dirigidas a reforzar los rendimientos y hemos descuidado la importancia del juego, de inculcar valores y de ser responsables. 
Desde este estudio se anima a los padres a que jueguen el papel de entrenadores,  y ha de tener las funciones tan solo de organizar y asesorar. El que ha de poner los codos en la mesa es el niño y sin el papá o la mamá frente a él . 
Lo más interesante es saber que si hacemos los deberes con ellos generamos dependencia y trasmitimos a nuestro peque que no es capaz de hacerlo por sí solo. He aquí las recomendaciones que nos hacen desde este estudio y que enlazan con algo tan básico como el sentido común.

Recomendaciones con sentido común

El padre no debe sentarse en una silla al lado del estudiante porque transmite mensajes negativos: “No sabes hacerlo solo”, “descuida, que yo me ocupo”.
No hay que corregir los ejercicios en casa. El objetivo no es llevarlos perfectos, sino probar a hacerlos para ser conscientes de la dificultad. El profesor corrige mejor; hay que oírle.
No hay que dedicar toda la tarde a estudiar. Mejor si juega con los amigos en algún parque; mejora la concentración al llegar a casa.
El niño tiene que anotar en una agenda los deberes, lecciones a estudiar, trabajos a entregar y fechas de examen.
Hay que comenzar por una tarea breve y sencilla para calentar motores y luego hacer la menos agradable. Reservar para el final algo liviano y entretenido.
Un reloj en la mesa ayuda a controlar el tiempo.
Recordar que no es posible mantener la atención ininterrumpidamente más de 40 minutos.
Es recomendable estudiar en un lugar de la casa que no sea de uso común, con el móvil apagado.
Hay que comprobar que ha corregido en clase los deberes y en qué ha fallado.

Söma, Salud y Bienestar, Psicología en Murcia.

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